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Científicos buscan generar una nueva fuente que aporte a la prevención de enfermedades a partir del estudio de la composición química y variación latitudinal de alga con alta presencia a nivel nacional.
Chile posee una extensa costa que acoge una gran diversidad de algas, así como una amplia diversidad de condiciones ambientales. Estas condiciones inducen cambios tanto en la composición química como en la estructura de los compuestos de las algas. “Esto otorga cambios en la bioactividad de cada compuesto. En este caso, consideramos los fucoidanos de un alga parda, polisacáridos o azúcares característicos de este grupo de algas”, comentó el Dr. Fabián Figueroa, docente e investigador de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC).
Bajo este contexto la investigación se titula: “Variación latitudinal en la composición química y las actividades biológicas de los fucoidanos de alga parda Macrocystis pyrifera: primeros indicios de la costa chilena”, estudio que fue publicado en la revista científica Journal of Biological Macromolecules. El trabajo contó con la colaboración de investigadores de la Universidad de Málaga y de la Facultad de Medicina de la UCSC.
La mayoría de las investigaciones relacionadas con el alga parda M. pyrifera o comúnmente denominado Kelp, se centran en su aspecto ecológico. Por ello, este estudio se enfocó en explorar en profundidad los posibles beneficios de este grupo de algas como un biorecurso con un potencial uso en el país. “En Asia, el consumo de algas es muy elevado. En cambio Chile se enfoca principalmente en la exportación. Incorporar un valor agregado, teniendo en cuenta las variaciones ambientales que provocan cambios químicos en las algas, representa una fuente prometedora para descubrir nuevos compuestos con potencial aplicación nutracéutica”, aseguró el Dr. Figueroa.
Nuevas aplicaciones
De este modo, las algas pardas pueden ser consideradas como nuevas alternativas o tratamientos complementarios de origen natural. Una característica esencial es que son multifactoriales, es decir, no combaten solamente una patología. En esa línea, el investigador enfatizó en que “la ventaja radica en que presenta un multiefecto, y este estudio lo demuestra de manera contundente. Detectamos variaciones a nivel latitudinal, así como diferencias estructurales, químicas y bioactivas, incluyendo actividad anticoagulante y citotóxica en una línea de leucemia”.
Esta investigación es el primer estudio en la costa chilena en evaluar latitudinalmente, los cambios bioquímicos en compuestos de esta especie de alga. La propuesta apunta a la industria nutracéutica, con la idea de prevenir y complementar la actual oferta existente en el mercado.
La zonas analizadas fueron Coquimbo, Concepción y Punta Arenas. Respecto a la metodología, la Universidad Católica del Norte y la Universidad de Magallanes apoyaron en el muestreo y en el estudio ecológico y en la recolección.
El aporte de esta investigación radica en la búsqueda de alternativas naturales que complementen el tratamiento de enfermedades como trastornos trombóticos y la leucemia. “A diferencia de los estudios convencionales, que suelen enfocarse principalmente en aspectos ecológicos, nuestra propuesta ofrece una perspectiva distinta: desde un contexto ecológico, identificamos diferencias bioquímicas con una potencial aplicación terapéutica prometedora”, sostuvo.
Respecto a los siguientes pasos del estudio, se están analizando las muestras in vivo en ratones para evaluar cada órgano y estudiar el sistema inmunológico y sus respuestas. Estos ensayos permitirán avanzar en la validación del potencial terapéutico de los compuestos analizados, con el fin de encontrar una alternativa complementaria para los problemas de coagulación y cáncer.